Publicado por Cronista Montañés martes, 31 de diciembre de 2013

Valencianos y valencianas, alicantinos y alicantinas, castellonenses y castellonenses, inauguramos un nuevo año que, a falta de otras inauguraciones, ya es inaugurar algo. Ante un acontecimiento, que la televisión ilustra con atrevidos saltos de esquí y acompasados valses vieneses, nada me hubiera satisfecho más que emular al presidente del Gobierno y ofrecer una rueda de prensa en lugar de tener que soltar un mensaje enlatado con mis mejores propósitos. Pero la secre me comenta que no está el horno para bollos y el coach me larga que su alumno preferido todavía no cuenta con la oratoria del gallego. En efecto, don Mariano, en plasma o en carne viva, es un dialéctico que volvería loco al redactor más incisivo del Washington Post y así cualquiera se somete ante la canallesca. Sólo una personalidad con una labia tan prodigiosa como enrevesada es capaz de convencer al más pintado de que él, si se lo propone, puede tornar el agua en vino y los brotes verdes en la Selva Negra.
Resulta evidente que, en lo que lleva de mandato, y gracias al verbo floreado, ya ha enredado al BCE, al FMI e incluso a la AVT. Yo mismo reconozco que vivo bajo los efectos de su embrujo y que mis actos oficiales están guiados por este encantador de peces gordos. Sospecho que, para alcanzar semejante grado de subyugación, Rajoy se ayuda de los cigarros de importación. Cada vez que me he visto obligado a fumarme un puro en una boda, he acabado mareado. Él no. Él enciende un habano y, automáticamente, por el humo se sabe donde está la locomotora a vapor que tira de este borreguero Marca España. Y es que, en las complicadísimas circunstancias que le ha tocado gobernar, sólo un tipo con un Montecristo Open Eagle crepitando entre los dedos puede conducir a la nación hasta la salida del túnel. Y no tiene que ser plato de gusto para este maquinista de excepción levantarse del sillón de orejas, dejar a medias una etapa del Tour de Francia y ponerse a decretar medidas al grito de: "¡Más recortes que es la guerra!".
Únicamente los heroes están llamados a protagonizar hazañas de un cariz tan impopular, de ahí que los más apresurados ya califiquen la legislatura como "los años salvajes" (véase el blog del escritor Antequera). Pues no, mal que le pese a este juntaletras de urgencias, el presente cuatrienio pasará a los anales con el título de "los Años Marianos", más al estilo de mi cronista de cabecera. Cuatro años como Four Roses de una intensa labor legislativa comparable a los Diez Mandamientos, a la habrá que sumar otros tantos fenómenos sobrenaturales que pronto se conocerán con el apelativo de "Nuevo Milagro Español".
El Consejo de Ministros hoy se ha convertido en el perfecto remake de la película de Berlanga; no obstante allí los prodigios no suceden en jueves sino en viernes y, en vez de aparecerse un falso San Dimas, comparece la auténtica Santamaría. De este modo, si Franco -otro celta que no creía en las meigas- no se separó un minuto del brazo incorrupto de Santa Teresa, Rajoy ha encomendado a la Virgen del Rocío el reto más complicado al que se enfrenta. La Reina de las Marismas es la comisionada para la creación de puestos de trabajo y es de esperar que, en breve, los desempleados salten la verja del INEM y toquen los primeros minijobs. Uno, por si la Blanca Paloma no reduce la millonaria lista de parados, se ha atrevido ha ofrecer los servicios de la Geperudeta a la Oficina de Presidencia; y es que la Marededéu de los Desamparados es la abogada de los que han perdido la ayuda de los cuatrocientos euros.
Es de suponer que mis colegas autonómicos, en cuanto conozcan la iniciativa, harán lo propio con sus respectivas advocaciones. ¡Imaginan cuanta imaginería de talla podría llegar a reunirse en la sala ministerial! Estoy persuadido de que gracias a esta Conferencia de Patronas se produciría antes el ansiado milagro de la Recuperación. Lástima que, desde Valencia, ya no se nos permita regalar ideas sobre grandes eventos ni encuentros marianistas, que si no.

P.D. Aprovecho esta bitácora para desmentir que, si te cruzas con Rajoy en una escalera, es falso que ignores si el líder está subiendo o bajando, como dicen que ocurre con el resto de paisanos suyos, él siempre está subiendo. O somos los demás los que bajamos, que también puede suceder. Este truco radica en el manejo del arte de la confusión, pues, nuestro presidente es como uno de esos individuos que pueblan los gravados de Mauricio Cornelio Escher. Recuerden las imágenes tramposas que realizaba el artista holandés y elijan a un personaje que también vaya en sentido ascendente. Hasta ahí todo se nos antoja correcto, lo que ocurre es que, si ampliamos el ángulo de visión, los peldaños que pisa el hombre dibujado no sabes a que dónde le conducen. Ante tal evidencia, el espectador queda atrapado en el juego con mal de cabeza, en cambio, el estadista, al igual que los personajes de Escher, continúa su marcha como si aquella arquitectura imposible fuera una casa corriente y moliente, o el complejo de la Moncloa.
 

Deja un comentario

Suscríbete a las entradas | Suscríbete a los comentarios

+Populares

Populacho

Con la tecnología de Blogger.

Copyright © 2013. Como presidente de esta nuestra Comunitat. Metrominimalist. Publicado por Blogger. Diseñado por Johanes Djogan.