Publicado por Cronista Montañés jueves, 26 de diciembre de 2013

Todas las televisiones emitieron el mensaje de don Juan Carlos Primero. La Primera, La Dos, Antena Tres, Cuatro, Telecinco, la díscola Sexta y las autonómicas, ninguna quiso perderse esta particular guerra por la audiencia real. Únicamente faltaron a la cita de Palacio Euskal Telebista, TV3 y Nou. Los vascos, ya se sabe, sólo programan "El discurso del rey" si se trata de la película. En el canal catalán, ¡qué casualidad!, sus trabajadores se declararon en huelga justo cuando el actual Conde de Barcelona iba a pronunciar la frase: "En estas fechas tan entrañables". Pamplinas. El parlamento de Su Majestad tampoco pudo sintonizarse en nuestra cadena sencillamente porque la cerré hace un mes. El apagón carece de la mayor trascendencia, pues el monólogo del monarca invadió la totalidad del multiplex de la Comunitat y los conciudadanos, incluido el primer ciudadano, pudimos disfrutarlo hasta por la teletienda.
Lo que verdaderamente me preocupa es el mensaje de Año Nuevo que he de retransmitir a los valencianos de las tres provincias sin contar con un Ente adecuado para un acontecimiento de estas características. Piensen que ahí me juego el share compitiendo con los programas de varietés y la conexión con la Puerta del Sol de Madrid; y es que en Nochevieja, tanto las públicas como las privadas, tiran el resto exhibiendo a sus locutores más prestigiosos con capa española y matasuegras, y a sus presentadoras más atractivas con escote palabra de honor y transparencias.
La secretaria me sugiere que utilice los modernos servicios de desconexión regional con los que está dotada RTVE. ¡¿Aitana?!, exclamo. No recuerdo una programación más abominable en el ameno universo de las trescientas veinticinco líneas. La alternativa no es mucho más alentadora, comenta ella. Reflexiona un poco antes de pronunciar el nombre del otro soporte televisivo a mi alcance y al fin lo suelta: Youtube. ¡¿Youtube?!, exclamo, nuevamente. Después repito: Youtube, no está mal... ¡qué digo mal, está estupendo! En efecto, el canal de vídeos caseros de internet puede ser el medio que justifique el fin, si se me permite parafrasear a Maquiavelo. El caso es que la idea de grabarme con una camarita lo podíamos haber resuelto la secretaria y yo, sin necesidad de terceros, no obstante, como era la primera vez que hacíamos una cosa así, decidí que para el registro de esta producción doméstica nos acompañara el coach, el hombre que ha de convertirme en líder.
El rodaje de mi alocución en falso directo resultó de gran dificultad y casi nos lleva emplear una tarde la resolución de las cuestiones técnicas y de guión. Mientras ellos se ocupaban de instalar el trípode y el móvil, yo me centré en la elaboración del texto que escribí en grandes caracteres sobre unas cartulinas de colores para que su lectura me resultara ágil. Quería que fuera un discurso capaz de transmitir mi inconfundible sello personal, no como los espiches precocinados que preparan los sesudos analistas del número 1 de la calle de Caballeros. Tampoco me servía para esta ocasión el amanuense que se encarga del blog; el cronista Montañés maneja un verbo demasiado rimbombante (que nadie cree que sea el mío) y está persuadido de que, así, exagerando las historias con minúsculas pasaré a la Historia con mayúsculas. De modo que me puse manos a la obra, igual que si tuviera que presentar una redacción en clase. Pensé que lo más honesto, tratándose de un vídeo para You Tube, era confeccionar una de esas "Cincuenta cosas sobre mi", un formato que goza de la máxima aceptación en la red. Pero cincuenta se me figuró un número exagerado si de lo que se trataba era de hablar de mi. Lo dejé en "Cinco cosas sobre un servidor". La secretaria me acicaló con su kit de maquillaje de la Señorita Pepis y, cuando me quitó los brillos, le dio al botón del Rec. El coach, por su parte, había dispuesto las banderas de manera que yo quedara encuadrado entre la Senyera y la enseña de Europa; a continuación, comenzó a pasar las cartulinas como un regidor. Tomé un sorbo de agua de Valencia, carraspeé, inspiré, expiré y comiencé a leer de corrido:
Uno: hola, me llamo Alberto. Dos: soy de Castellón de la Plana, aunque actualmente resido en la capital del Turia. Tres: trabajo de Molt Honorable. Cuatro: mis libros favoritos son El Principito y las memorias de Aznar. Cinco: mi plato preferido es comerme los marrones de otros. Fin.
Ya lo dice el proverbio: el medio es el mensaje, pero los wassaps son gratis.

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